Maramureș, iglesias de madera y la esencia tradicional de Rumanía

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Situada al norte de Rumanía, en la frontera con Ucrania, la región de Maramureș es un auténtico viaje en el tiempo. Esta pintoresca región de Rumanía, rodeada de montañas y bosques, cuenta con paisajes que evocan a tiempos pasados.

Desde Cluj-Napoca, la ciudad más grande de Transilvania, se puede llegar tras un bonito trayecto de unas tres horas en coche o moto. Una vez allí, encontrarás una tierra y unos pueblos que conservan intactas muchas de sus tradiciones ancestrales, con una arquitectura única en el mundo. Destacan las famosas iglesias de madera, realmente únicas.

Qué ver en Maramureș

Seguidamente te recomendamos algunos lugares para visitar en esta curiosa región. Esta visita puede hacerse en un día saliendo y llegando desde Cluj Napoca, la capital de Transilvania.

1. El Cementerio Alegre de Săpânța

Quizás es el lugar más conocido de Maramureș. El Cementerio Alegre es un cementerio realmente único en el mundo. Situado en el pueblo de Săpânța, este peculiar cementerio sorprende por sus coloridas lápidas de madera, decoradas con inscripciones humorísticas y dibujos que narran de forma irónica la vida (y, a veces, la muerte) de los difuntos.

Este enfoque positivo hacia la muerte refleja la filosofía de los habitantes locales, quienes celebran la vida incluso en el último adiós. Pasear por el cementerio leyendo las lápidas es realmente como leer una colección de cuentos cortos llenos de humor y humanidad.

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2. Las iglesias de madera, Patrimonio de la Humanidad

Uno de los mayores tesoros de Maramureș son sus iglesias de madera, reconocidas por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. Estas iglesias, algunas de las cuales datan del siglo XVII, destacan por sus altas torres puntiagudas y su impresionante arquitectura.

Están construidas sin clavos, utilizando exclusivamente madera y técnicas tradicionales, y son un testimonio del ingenio y la devoción de los habitantes de antaño en esta región. Entre las más famosas se encuentran las de Bârsana, Ieud y Poienile Izei.

Además de su arquitectura única, muchas de estas iglesias albergan frescos pintados a mano que representan escenas bíblicas con una riqueza de detalles sorprendente.

3. Paseos por los pueblos y su arquitectura tradicional

Uno de los mayores encantos de Maramureș es perderse por sus pequeños pueblos, donde la vida rural sigue su curso al ritmo de las estaciones. Breb, Botiza y Ocna Șugatag son solo algunos de los pueblos que merece la pena visitar.

Las casas tradicionales de la región, con puertas talladas a mano y tejados de madera, son auténticas obras de arte. Hay que dar especial atención a las puertas: cada puerta cuenta una historia, con intrincados grabados que representan símbolos de protección y prosperidad.

Además, en muchos de estos pueblos se puede observar a los locales vestidos con trajes tradicionales, especialmente durante las festividades, lo que añade un toque auténtico.

La hospitalidad de Maramureș

Más allá de su arquitectura y paisajes, lo que realmente hace especial a Maramureș es su gente. Los locales son conocidos por su hospitalidad y calidez. No es raro que te inviten a probar su comida casera o a compartir un vaso de horincă, un aguardiente tradicional elaborado a partir de ciruelas. Comer en un restaurante local te costará relativamente poco, y recibirás mucho a cambio, no sólo a nivel de gastronomía, sino de calidez y hospitalidad.

¿Cuándo visitar Maramureș?

La mejor época para visitar Maramureș es entre la primavera (cuando los paisajes lucen más verdes y vivos) o en otoño (con ese toque melancólico típico de esta época del año). El invierno también tiene su encanto, con sus pueblos cubiertos de nieve. En verano, por supuesto, también es posible, pero hace más calor y el paisaje está más «seco».

Ya sea que busques historia, tradición o simplemente desconectar del ritmo frenético de Cluj Napoca, Maramureș es el destino perfecto para quienes desean descubrir el corazón más auténtico y tradicional de Rumanía.